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Aconsejamos una reforma en profundidad de las forma- ciones en alternancia, para que sean más atractivas, tanto para los jóvenes como para las empresas. Esto requiere por una modificación de la gobernanza de todo el siste- ma. Una instancia nacional, formada por representantes de los sectores profesionales, los ministerios del Traba- jo y de la Educación Nacional, decidiría las orientaciones generales. Agencias de certificación serían responsables del control de calidad y de la implementación de las for- maciones subvencionada; las regiones se encargaran del pago de las subvenciones. En este sistema, aprendizaje y contrato de profesionalización estarían unificados, así como la financiación y la recaudación. Proponemos, por fin, centrar en el aprendizaje y el pre-aprendizaje los recur- sos públicos en favor de la inserción profesional de los jóvenes poco cualificados, reducir la parte de las materias generales en los diplomas de CAP y promover el tutorado de los aprendices. La financiación de los establecimientos de enseñanza superior y de investigación debe pasar por otros canales que el impuesto sobre el aprendizaje, en el marco de una reforma más general de las formas de finan- ciación de estos establecimientos.
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