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su décima película, plantea un novedoso acercamiento a aquellos años de plomo. Un grupo de amigos que formaron parte de la resistencia a la dictadura se reencuentran al cabo de varios años en el hospital donde está internada la exguerrillera Ana (Simone Spoladore). La mejor amiga de Ana es Irene (Irene Ravache), una directora de cine que está rodando una película sobre los años sesenta en Brasil, y está también Ricardo (el famoso Otávio Augusto), quien se ha convertido en el más conservador de todos y tiene un hijo homosexual. Así las cosas, el film se va desplegando como un conflicto entre un pasado común y los distintos rumbos que ha tomado la vida de cada uno de los amigos. Un drama irónico que pasa revista a ciertas utopías olvidadas y a la construcción de la sexualidad. Un balance de la generación rebelde de los sesenta. O como la describió la propia Murat en una entrevista, “
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