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No entanto, as suas caretas, os seus gestos e a sua habilidade para imitar os homens atraíam a atenção: as pessoas endinheiradas criavam monos em sua casa para diversão. A imagem dos símios encontra-se em capitéis de coluna, em iniciais ornamentais e até em margens de manuscritos, onde se lhes oferecia a possibilidade de parodiar as ações dos humanos.
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Die Randbilder auf Folio 28v stellen kämpfende Affen dar, die auf einem Hirsch und einer Ziege reiten. Dergleichen Nachbarschaft -Affe, Eule, Ziege- vereinigt drei «unreine» Tiere, was offensichtlich die Absicht des Künstlers war. Die vollkommen realistische Abbildung der Affen, genauer gesagt der im Mittelalter den Bewohnern der europäischen Städte gut bekannten schwanzlosen Meerkatzen, nimmt einen hervorgehobenen Platz unter den Randbildern ein, vor allem in den Jagd- und Duellszenen. Der Affe war das Symbol des Lasters und bisweilen wurde er sogar mit dem Teufel assoziiert. In den Bestiarien, der Folklore und den Kirchenpredigten wurden immer seine Veranlagungen unterstrichen: er war verrückt, dumm und eitel. Dennoch erweckten seine Grimassen, seine Gesten und sein Geschick, den Menschen nachzuahmen die Aufmerksamkeit: die Wohlhabende züchteten zu ihrem Vergnügen in ihrem Haus Affen. Die Darstellung von Afffen findet sich auf Säulenkapitellen, in Schmuckinitialen und sogar an den Rändern von Manuskripten, wo man ihnen die Möglichkeit bot, die Handlungen der Menschen zu parodieren.
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Las imágenes marginales del folio 28v representan a los simios combatientes que cabalgan sobre un ciervo y una cabra. Semejante vecindad -simio, lechuza, cabra- reúne a tres animales «impuros», lo que, evidentemente, era la intención del artista. La imagen totalmente realista de los simios, más exactamente de los macacos sin cola, muy conocidos en la Edad Media por los habitantes de las ciudades europeas, ocupa un lugar destacado entre las imágenes marginales, en particular en las escenas de caza y de duelo. El simio era el símbolo del vicio, y a veces incluso se le asociaba con el diablo. En los bestiarios, en el folclore y en los sermones de la iglesia, siempre se subrayaban sus inclinaciones: era loco, estúpido y vanidoso. Sin embargo, sus muecas, sus gestos y su habilidad para imitar al hombre atraían la atención: las personas adineradas criaban monas en su casa por diversión. La imagen de los simios se encuentra en capiteles de columna, en iniciales ornamentales e incluso en los márgenes de manuscritos, donde se les ofrecía la posibilidad de parodiar las acciones de los humanos.
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