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Te pongo un ejemplo: tenemos un estudio que muestra que hay dos zonas del procesamiento del lenguaje principales, una que sería más motriz, de producción y habla, y otra de percepción y comprensión del lenguaje, más auditiva. Estas dos áreas están conectadas por un haz de conexiones, y parece ser que esta conexión, esta capacidad de transformar lo que estoy escuchando en una secuencia motora, es muy importante de cara a aprender nuevas palabras. O sea, repitiendo palabras nuevas, escuchándolas, oyéndolas y pronunciándolas por nuestra cuenta, este bucle nos permite aprender. Si tengo este haz de conexiones roto, si no puedo repetir para asimilar las palabras, podemos hacer que el paciente aprenda palabras recurriendo a otra conexión que existe, de tipo más semántico. Si se utiliza este otro camino, no podremos repetir para asimilar la palabra, pero podremos acceder a la palabra dándole un significado, conectando las dos partes del cerebro, la motriz y la auditiva, a través de las estructuras del significado. Y entrenando al paciente de esta forma tengo más posibilidades de que la persona entienda la palabra que por la vía obstruida de la repetición.
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