|
….. Leonardo hubiera estado encantado, intrigado como él estaba con toda experimentación y con toda tecnología novedosa, incluyendo aquí su búsqueda de una nueva técnica de fresco. Pero, además de para con Greenaway, su sorpresa sería todavía mayor, no ya por tener que lamentarse al ver el precario estado de su obra maestra – una sombra del pasado, verdadero fantasma de un cuerpo perdido- sino por la copia milagrosa, el clon, indistinguible del original, que actualmente preside la Sala delle Cariatidi, en el Palazzo Reale de Milán: una reconstrucción que no es del mundo de las ideas sino física, material. La técnica es la misma que ya nos llenó de asombro y admiración en el refectorio de San Giorgio en Venecia ante las Bodas de Caná del Veronés, el lienzo inmenso trasladado al Louvre y que retornó a su hogar como una efigie transferida como por arte de una bilocación milagrosa. Por lo tanto, no se trata de una reproducción, sino de una duplicación asombrosa, fácil de ser confundida con la original …….
|