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Para Neris, el camino fue largo. Su primer intento de cura, que duró alrededor de un año, le provocó fuertes efectos secundarios, además de una considerable disminución de las plaquetas y leucocitos, lo que afectó a su sistema inmunitario y lo expuso a otras infecciones. En un segundo intento, con otro medicamento, pareció que la enfermedad había remitido, pero tres meses más tarde la hepatitis regresó. Neris continuó probando con otros tratamientos, pero al no alcanzar la cura abandonó la atención médica por un tiempo.
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