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FS: Las restricciones económicas y las circunstancias políticas que afectan a las universidades están poniendo en riesgo el modelo de universidad como servicio público esencial, elemento básico de cohesión social y motor de progreso económico y social. Además, estas dificultades representan un riesgo real de laminación de la autonomía universitaria. Ante esta situación, las universidades públicas tenemos que defender nuestros valores y comprometernos a usar todos los mecanismos a nuestro alcance para reivindicar el modelo de universidad que representamos y continuar reclamando la necesidad de un modelo de financiación estable y suficiente para garantizar el desarrollo de nuestras misiones. Paralelamente, en el caso de la UAB avanzaremos en el saneamiento de la economía de nuestra universidad con rigor y disciplina presupuestaria y priorizaremos el capital humano, elemento fundamental para desarrollar las misiones de la universidad, por encima de otras partidas de costes estructurales. Además, aunque la situación económica actual no es nada favorable, impulsaremos la captación de nuevos fondos de financiación y de ingresos adicionales. También quisiera destacar que, para garantizar la equidad y la igualdad de oportunidades, en la UAB dedicaremos un porcentaje del incremento del canon de los cursos propios a la creación de un fondo destinado a paliar, en la medida que sea posible, la situación de estudiantes con problemas económicos graves. Asimismo, facilitaremos a nuestros estudiantes diferentes opciones en el pago de la matrícula para minimizar el impacto del aumento de los precios públicos. Como medida a largo plazo, crearemos un fondo de capital social (endowment) de la universidad, hecho a partir de donaciones y mecenazgo, el retorno del cual debería permitir políticas propias de apoyo al estudio y de fomento de la investigación.
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