|
A fin de recalcar estos aspectos de la convivencia pacífica, se pudo ganar el apoyo de varios galardonados con el Premio Nobel de la Paz para este proyecto. Entre ellos, Rigoberta Menchú, precursora de las luchas a favor de los pueblos indígenas de América (1992), el Director General de „Médicos sin Fronteras“, el Director General de „Handicap International“ (1997) y el Jefe para América Latina de la Cruz Roja, la que ha recibido en total tres veces el Premio Nobel de la Paz. Durante la mesa redonda se discutió la relación entre desarrollo y migración. Fue justamente Rigoberta Menchú, quien tuvo que abandonar su país luego de la masacre perpetrada en sus familiares, la que estableció el nexo de relación entre los dos temas. Mientras no haya desarrollo social y económico con un beneficio amplio para la población, la gente seguiría abandonando su país en búsqueda de una vida digna. También apoyó la propuesta de Gerhard Wahlers (KAS), de incluir en el debate el aspecto de la democracia, pues a largo plazo solamente las democracias estarían en capacidad de ofrecer a sus ciudadanos suficientes posibilidades de desarrollo en su propio país. Menchú exigió: "También tenemos que globalizar la solidaridad. No puede ser que la solidaridad con el ser humano - es decir con el migrante - se acabe donde inicia el país vecino y que éste encuentre rechazo y a veces incluso odio allí." Pero al mismo tiempo, apostó fuertemente a crear más programas de retorno y reintegración de migrantes.
|