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El 29 de noviembre nos levantamos con calma, pues la buena hora para empezar a moverse en esta montaña es siempre cuando ninguna cumbre hace sombra al sol que siempre, día y noche, tenemos encima, ya que esto supone una temperatura excesivamente baja e incómoda para moverse. En el campo base, la buena hora para arrancar es alrededor de las 11h, cuando el sol ya ha dejado de estar tapado por las paredes imponentes que tenemos detrás. Entonces preparamos todo el material para salir, unos utilizando trineo y los otros no (Yo opté por no coger y cargar más la mochila, ya que únicamente podíamos usarlo en la primera jornada)
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