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Investigaciones han demostrado que el ingreso de oxígeno en la botella determina la calidad del vino. Demasiado oxígeno puede oxidar de forma prematura el vino. Por el contrario una oxidación progresiva y regulada contribuye a su desarrollo y maduración. Una falta de oxígeno da lugar a una disminución de características del vino. Las membranas de Procork, fijadas en el corcho tienen 5 capas: una capa hidrofílica (para evitar la entrada de compuestos hidrofílicos), una capa oleofílica (para evitar la entrada de compuestos oleofílicos), una capa de retención de humedad (que evita el deterioro del corcho), una capa de microcontrol de penetración de oxígeno, y una capa de adsorción de TCA (2,4,6-trichloroanisola, que proviene del corcho y degrada el vino) y evita que entre en el vino. Varios productores de vino en Australia ya lo están usando.
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