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Desde luego no fue el género su única producción, tal como testimonia su participación en los Salones parisinos (aunque también expuso en Múnich y Londres): en el de 1875 presenta un San Jerónimo (n.o 864, figurando como alumno de la Escuela de Bellas Artes de Madrid y de Palmaroli, y con domicilio en la Rue Duperré n.o 9), y en cuanto al retrato –donde también deja abundantes testimonios– su concurrencia se produce en los Salones de 1877, 1881 y 1887. Pero también expone allí lógicamente su pintura de género: en el de 1877 La soñadora (considerada más bien un retrato y apareciendo ya en esta cita vinculado a Goupil); en el de 1879 La vuelta del paseo (n.o 1.317) que también podría considerarse retrato (y de gran modernidad) habida cuenta de que –como se ha escrito– la frontera entre este género y el de los tipos costumbristas no siempre es fácil de determinar, pero sobre todo porque utiliza en muchas ocasiones –como ya hemos anotado– el mismo modelo femenino. Esta última obra de 1879 es fiel reflejo del tono asumido por ese Salon, «dominado por la equívoca escena de género más o menos emparentada con Fortuny, donde se juega con el doble sentido» (Reyero 1993, quien asimismo señala en su estudio de esta pintura española en París que es en 1879 y 1880 cuando se alcanza el mayor índice de participación de obras de género en el Salon). En 1880 presenta A los quince años (56 x 46 cm, n.o 1.546) y Bajo el encanto de un dulce pensamiento (80 x 100 cm, n.o 1.547), y aún sigue apareciendo en 1881 y 1882.
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