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Sorprendidos, escuchamos atentamente a este señor, a quien le brillaban los ojos de alegría al relatarnos su experiencia. Al borde de resultar pesado, sus palabras eran tentadoras, y su insistencia hizo que nos miráramos y finalmente nos subiéramos a su camioneta. Este señor es un alemán que vive hace años en Santiago (Chile). Mientras conducía, iba contándonos detalles de la excursión que había realizado el día anterior. Crecían en nosotros las ansias por conocer ese lugar, que tan efusivamente el alemán nos describía.
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