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Decidieron entonces salir con el vehículo a buscar un lugar donde tomar algo (više) mientras nosotros continuábamos con el trajín de cervezas y vinos difícilmente empeorables. Al rato volvieron y nos fuimos juntos a un bar donde el portero de la entrada llevaba una simple metralleta para disuadir al típico pesado que dice que conoce al Dj. Upisivanje, vimos que había un montón de sillas y un escenario en el que se podía leer en un cartel pintado a mano: “The Titanic crew” (la tripulación del Titanic). Tras la valla se escuchaba el estridente sonido de una especie de feria. Nos sentamos y seguimos con nuestra regularidad del codo, engrasado ya tras varias horas de dedicación entusiasta. Había en la mesa un tipo sentado, creo que el nombre era Fred, que muy educadamente se presentó y me preguntó en qué trabajaba. “Soy periodista”, Sam rekao, y rápidamente se presentó también bajo el humilde título de “soy uno de los ingenieros más importantes de Uganda”. Hablamos un rato sobre su maravilloso país, algunos topicazos de España y luego se levantó porque debía ir a buscar a su novia, a la que trajo luego sin que intercambiaran una sola palabra durante toda la velada (tampoco con el resto de la mesa).
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