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Akik engedelmeskednek az Evangéliumnak, többé nincsenek a sötétségben, hanem a “fény páncéljába” öltöznek. A fénykardjuk a Biblia szavának “kétélû kardja”. Olvasd az Igét minden nap, gondolkozz rajta, tartsd meg és használd az ellenség ellen!
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Gott kennt jeden Deiner Gedanken und Taten. Wirst Du deshalb schuldig oder unschuldig am Tag des Gerichts sein? Du weißt es besser: Du wirst schuldig sein. Wo wirst Du dann enden? Im Himmel oder in der Hölle? Das Einzige, was Du tun kannst, um Dich vor Seinem Zorn zu schützen ist, Deine Sünden zu bekennen und zu bereuen und Deinen Glauben in den Erlöser Jesus Christus setzen. Er stab am Kreuz für Dich, er übernahm die Bestrafung Deiner Sünden. Dann erwachte er von den Toten und besiegte den Tod. Bekenne Deine Sünden heute noch, vertraue Jesus Christus und Du wirst vom Tod zum Leben übersetzen. Diejenigen, die dem Evangelium gehorchen, leben nicht länger in Dunkelheit, sondern sind mit dem “Schild des Lichts” gewappnet. Dein Lichtschwert ist das zweischneidige Schwert des Wortes Gottes. Lese das Wort jeden Tag, verstecke es in Deinem Herzen, gehorche dem Wort und verwende es gegen den Feind.
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Sabiendo que Dios te a visto a través durante toda tu vida, y que conoce cada cosa que haz hecho y haz dicho en la obscuridad, ¿crees que serás inocente o culpable en el Día del Juicio? Tu sabes que eres culpable. Así que, ¿dónde crees que irás, al cielo o al infierno? La única cosa que puedes hacer para ser salvo de Su ira es arrepentirte y poner tu fe en el Salvador, El Señor Jesucristo. Cuando El murió en la cruz, El tomó sobre sí mismo el castigo por nuestros pecados. El se presentó delante del Gran Juez y pagó el precio de nuestra deuda. Luego se levantó de entre los muertos, derrotando a la misma muerte. Confiesa ahora tus pecados a Dios, pon tu fe en el Señor Jesús, así pasarás de muerte a vida. Aquellos que obedecen el evangelio, ya no están más bajo el poder de obscuridad, sino que están majestuosamente vestidos con la "Armadura de Luz" Tu Sable de Luz es "la espada de dos filos" de la Palabra de Dios. Lee la Palabra todos los días, guárdala en tu corazón, obedécela, y úsala en contra del enemigo.
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