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La historia de Israel, como la detalla la Biblia, comprende cerca de 1.800 años. Proclama un dinámico relato de los milagros, juicios, promesas, y bendiciones de Dios. Israel comienza con una promesa unilateral a un solo hombre, Abraham. Por más de 400 años, Abraham y sus descendientes confiaron en esa promesa, hasta durante un periodo significativo de esclavitud en Egipto. Entonces, por medio de una serie de sorprendentes eventos milagrosos, Dios libera a los israelitas de Egipto en el Éxodo (hebreo: "salida"). El Éxodo es el evento que la mayoría de los judíos consideran como la fundación de la nación de Israel. El Éxodo es el acto de liberación que los israelitas recuerdan como la demostración del amor y la protección de Dios para Israel. Una vez que se completó el Éxodo, Dios estableció un pacto incondicional con los israelitas en el Monte Sinaí. Es allí que Dios proclamó Su ley (los Diez Mandamientos). Es allí que Dios prometió bendiciones por el cumplimiento de Su ley y maldiciones por el quebrantamiento. El resto de la historia de Israel, como lo registra la Biblia, es un continuo ciclo de bendiciones y castigos por la obediencia y desobediencia de la Ley de Dios. A través de tiempos de victoria y derrota, reyes y jueces, sacerdotes y profetas, restauración y exilio - los israelitas son bendecidos cuando obedecen a Dios y disciplinados cuando no lo hacen. Como nación, Israel fue destruido por los romanos en el 70 d.C. En ese tiempo, los judíos se esparcieron por todo el mundo, manteniendo la esperanza basados en las promesas proféticas de una eventual reunión en la tierra escogida que Dios le dio a Israel. En 1948, al cabo de casi 1.900 años, Israel fue declarada de nuevo una nación soberana y oficialmente re-establecida en la tierra prometida. A través de una serie de eventos milagrosos, incluyendo la recaptura de Jerusalén por los judíos en 1967, esta generación está presenciando el cumplimiento de las profecías con respecto a la nación especial de Dios.
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